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(15 DE MAYO, 2025).-El día de hoy la Corte Suprema de los Estados Unidos discutirá si permite poner en marcha una de las primeras órdenes presidenciales que firmó Donald Trump en su primer día de regreso a la presidencia: la eliminación del derecho a la ciudadanía por nacimiento.
Con la eliminación de este derecho, Trump busca negar la ciudadanía a bebés nacidos en Estados Unidos, pero de padres no estadounidenses. La orden había sido bloqueada por varios tribunales federales, lo que llevó a la Casa Blanca a presentar una apelación de emergencia ante la Corte Suprema.
Aunque el caso no aborda directamente la constitucionalidad de la ciudadanía por nacimiento, la administración Trump ha solicitado a la mayoría conservadora del tribunal —actualmente 6 a 3— que permita aplicar la medida a nivel nacional mientras se resuelve el litigio. De hacerlo, miles de recién nacidos podrían verse privados de pasaportes y documentos de identidad en tanto no se resuelva su estatus legal.
La idea de que la ciudadanía por nacimiento no es un derecho garantizado en la Constitución ha sido promovida durante años por académicos conservadores como John Eastman, profesor en la Universidad Chapman, colaborador del Instituto Claremont y exasesor de Donald Trump, quien la promovió durante su primera campaña en 2015 como parte de su agenda migratoria.
A pesar de que en su primer mandato no ejecutó esta política, ahora comienza a tomar fuerza, que, de aprobarse, miles de personas podrían litigar de manera individual y colectiva para defender un derecho pilar de la Constitución de Estados Unidos.
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